El primero era marrón a cuadros, con jersey beig de cuello vuelto y rebeca color «cagueta» (así lo llamaba yo porque no me gustaba nada), sin olvidar los calcetines marroones y los zapatos Gorila. La tela de cuadros picaba, ¡sería para hacer penitencia desde pequeñas! (sólo éramos niñas).
Unos años después se buscó una tela más suavita y pasamos a cuadros azul marino y blancos, con el jersey blanco y la rebeca azul marino. Ambos eran un «pichi», hasta que pensaron (digo que alguien lo pensaría), que a las más mayores, a partir de 6º de EGB podríamos llevar falda de tablas en lugar de pichi. Eso de Octubre a Mayo porque en Septiembre y Junio podíamos ir «de calle». Y sin olvidar el baby blanco con el nombre bordado…
Así pasé mis ocho años de EGB, vestida con uniforme, viendo con envidia como mis vecinas se ponían su ropa «de calle» para ir al cole, pero claro yo estaba en un cole privado primero que luego fue concertado, y ellas en un público. ¡Era lógico!
De eso hace unos años….¡conste que no reniego de cole ni de experiencias vividas en él, todo lo contrario!
¿A qué viene esta nostalgia, crónica o cómo se pueda llamar?
El motivo del post es que observo como son cada día más los centros públicos que se apuntan a la moda del uniforme. ¿Por qué?
No sé si mi opinión está sesgada o influenciada por los picores del pichi marrón y el odio a la «rebeca cagueta», seguro que sí, pero voy un poco más al núcleo de la cuestión:
Tenemos Orden de Atención a la Diversidad, cada alumno/a de nuestro centro debe ser tratado de forma distinta y según sus capacidades, etc, etc,…¡y queremos vestirlos a todos iguales!
Tenemos proyectos de Coeducación, todos los Proyectos Educativos de centros recogen en sus finalidades, objetivos, etc, la igualdad y la no discriminación por sexos….¡y el uniforme de las niñas sigue siendo una falda de tablas, frente al pantalón de los niños!
Tenemos Gratuidad de Libros de Texto para que las familias no tengan que hacer un gasto en «educación» y les hacemos comprar «voluntariamente» un uniforme a principio de curso que consta de falda, pantalón, jerseys, abrigo, chandal… en al menos dos unidades, lo que puede suponer un coste de 150 € aproximadamente. Y no podemos pedir «cuadernillos» porque no entran en el cheque-libro.
Pedimos libertad y autonomía en los centros para gestionarnos, para tener unos Proyectos Educativos acordes con cada entorno, con las peculiaridades de nuestro alumnado, ….pero para ellas y ellos no, ¡todos iguales!
Utilizamos software libre y lo defendemos, queremos ciudadanos con capacidad de elección, con competencias para transformar el futuro, para crear….¡pero los ponemos a todos «igualit@s» como un ejército que ya obedece con su indumentaria!
No entiendo las razones que avalan el que haya uniforme en los colegios públicos, no me vale lo de la comodidad para las familias de no tener que decidir que ropa les ponen o para prevenir la «marquitis» o que a la larga sale más económico…¡ésta no me vale nada, ya que cuando llegan a casa tienen que ponerse otra ropa para que no se les ensucie el uniforme! ¡Ataque al medio ambiente porque ya hay que lavar dos ropas! 🙂
Mirar un patio de recreo con niñas y niños corriendo cada uno de un color ¡no tiene precio!
A mi tampoco me gustan los uniformes en la escuela se está pública, concertada o privada, creo que la uniformidad poco tiene que ver con la escuela,eso es cosa de otros ámbitos más propios como bandas de música,militares, cofradías y cosas por el estilo, pero la riqueza de la escuela está en la diversidad también en el vestir.
De acuerdo con tu postura y bien explicada. No me gustan los uniformes.
Totalmente de acuerdo contigo. Pero aún hay gente que ve en ello una comodidad y un ahorro cuando no se dan cuenta del gasto que han tenido que hacer para el trajecito, que en cuanto viene a casa para irse a la extraescolar se pone otra cosa y luego en casa otra. Las lavadoras tienes que sufrir de lo lindo. Además, y eso lo saben muy bien los militares, con el uniforme se pretende «uniformar» el pensamiento, aunque en el caso de los militares eso es mucho decir. Que tengan, digo.
María, estaba escribiendo un comentario pero me ha salido un «post». Lo he publicado en mi abandonado blog. Se llama «Algunos motivos (inconfesables) por los que proliferan los uniformes en los colegios públicos».