El 8 de Junio reflexionaba en voz alta sobre el tema de la Religión en la Educación Primaria en Andalucia: Y la Religión…. ¿Quién le pone el cascabel al gato?. No pretendía con ello ninguna cuestión salvo compartir mi visión sobre el despropósito…
Hoy a 4 de Octubre sigo reflexionando, ya que el gato sigue, no sólo sin cascabel, sino que campa a sus anchas por el sistema educativo andaluz….
Llegamos el día 1 de Septiembre a los colegios sin ninguna noticia sobre qué hacer con el profesorado de religión, qué hacer con sus jornadas….¡normal, veníamos del verano! No obstante en los centros teníamos que planificar horarios y optimizar nuestros recursos personales para que el curso comenzase «con normalidad».
Llegamos a las reuniones iniciales con la inspección educativa y pregunté qué hacer con las horas del profesorado de religión que no son de docencia directa pero que tienen que permanecer en el centro…¡Sin respuesta, tampoco la inspección tenía instrucciones que transmitir!
Estamos a 4 de Octubre y no ha habido ningún escrito ni del Obispado, ni la Consejería de Educación, ni de nadie…..toda la información nos llega a través de los compañeros de religión, y de lo que a ellos les dicen. Y yo por supuesto, me fío, no hay motivos para no hacerlo. Creo que son los primeros desconcertados por su situación, independientemente de que los compañeros de religión a los que los «demonio-director@s» les hemos reducido su jornada laboral puedan estar molestos, indignados o enfadados con las personas que representamos esos cargos. Es cierto, nosotros hemos sido el brazo «ejecutor».
Un brazo «ejecutor» que cuando se nos pidió que nos pronunciáramos ya se sabía que el contrato sería el mismo, que independientemente de lo que hiciéramos nada iba a cambiar. Solo serviría para identificar a l@s que pensamos que la religión debe tener su espacio, pero desde luego no en la escuela pública. ¡Pues ya nos tenéis! ¡Objetivo conseguido!
Y como el curso ya está andando, por supuesto hemos planificado, hemos asignado una sesión de religión por nivel y ya está… pero, nuestros compañeros objeto de reducción, siguen con su contrato con idéntico número de horas que el curso pasado (2 sesiones por nivel), mantienen su sueldo y se les PROHIBE que realicen ninguna actividad en el centro. No refuerzo pedagógico, no biblioteca, no acompañamiento a alumnado con dificultades, no, no, no…¡nada de nada!
O sea, que la Iglesia Católica paga a su profesorado para que no haga NADA en el centro, sólo sus horas de docencia directa. Es decir, trabajo 9 y cobro 18…¿Me lo puede explicar alguien?
Mientras tanto, andamos haciendo «milagros» con las horas que nos quedan, para organizar el refuerzo pedagógico, la atención a la diversidad, organizar grupos flexibles, cubrir ausencias, mantener la biblioteca del centro, organizar el inventario, mantener, arreglar y optimizar los recursos TIC …¡mientras tanto hay 9 horas en el centro destinadas a no hacer nada!
Agradecería a quien tenga más o alguna información sobre el tema, cuente algo que aclare este despropósito causado por …¡no sé, ni lo entiendo! pero desde luego no por lo malvados que hemos sido los «demonio_director@s»